Empezó a trabajar a los 12 años, cuando Edmundo, su padre, lo hacía madrugar para enseñarle a enfrentar la vida. Es el mayor de ocho hermanos y las responsabilidades no se hicieron esperar.

Germán Eduardo Guerrero López tiene, como muchos pastusos, una niñez forjada bajo la sombra del volcán Galeras. Llegó invicto hasta quinto de bachillerato en el colegio San Francisco Javier. Perdió sexto porque las actividades en que estaba metido no le dejaban tiempo para estudiar. 

 


Era locutor de su programa Casos y cosas de la juventud en la Voz de Pasto y dirigía la campaña La fiesta de los pobres los viernes. Lo que recogía lo entregaba al día siguiente a los necesitados.

 

Además, lo eligieron alcalde del colegio, pero no ejerció. Lo mandaron a terminar bachillerato en Estados Unidos a ver si se concentraba en los estudios.

 

Pero con el tiempo se desquitó. Fue el primer alcalde por elección popular de Pasto cuyo periodo como mandatario fue desde el 1 de junio de 1988 al 30 de mayo de 1990.

 

Eso después de terminar administración de empresas en la Universidad del Rosario e intentar estudiar derecho. Pero para entonces ya era concejal de Bogotá puesto que ocupó por cuatro años a nombre del Nuevo Liberalismo, y se debatía entre asistir a una clase de constitucional o ir a la junta de presupuesto distrital. Ahí comenzó su carrera política.

 

El posgrado lo hizo cargándole la maleta a Luis Carlos Galán. Fue asesor de la campaña de Fernando Carrillo para la Constituyente y volvió a ejercer recientemente con José Blackburn para la presidencia del Congreso.

 

La rutina del trabajo le quitó el hábito de la lectura y restringió sus caminatas por las montañas andinas. Lo que no ha logró es dejar de tocar el acordeón o de montar a caballo.

 

Germán Eduardo Guerrero López, ex alcalde de Pasto y Director General del Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (ICETEX) murió en Bogotá en la noche del miércoles seis de enero de 1993 a Los 36 años de edad, luego de una penosa enfermedad y solo hasta la tarde del viernes se pudieron realizar sus exequias en Pasto, ya que el mal tiempo impidió el traslado oportuno de su cuerpo. El cadáver del dirigente liberal y quien fuera concejal por Bogotá en dos periodos por las listas del antiguo Nuevo Liberalismo, tuvo que realizar todo un viacrucis para poder llegar a su tierra natal. Estuvo en cámara ardiente por varias horas en el Concejo de Bogotá. Luego fue llevado al aeropuerto El Dorado donde fue embarcado, en un vuelo regular de Avianca que no pudo aterrizar el jueves en Pasto. Posteriormente, fue trasladado a Cali y luego a Bogotá. Nuevamente fue embarcado en Intercontinental de Aviación que tampoco pudo aterrizar en Pasto y regresado a Bogotá. El viernes a tempranas horas fue nuevamente llevado a Cali y en el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, esperó otras cinco horas. Avianca e Intercontinental volvieron a cancelar sus vuelos. Finalmente, los familiares de Guerrero López, decidieron contratar un vuelo charter que los llevara a Ipiales y llegó en horas del atardecer. Varias personalidades y representantes del Gobierno que habían anunciado su asistencia al sepelio cancelaron a última hora su presencia, luego del retraso de más de 24 horas.

 



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